en Décima Espinela

Estaba Calatayud



Estaba Calatayud
así apellida Teresa
con el jefe en una mesa
en examen de aptitud.


En un ambiente elegante
para la ocasión propicio
siendo ella mujer de juicio
ponía el mejor talante.
Y al saber que era importante
el demostrar su virtud
meditando a plenitud
en pose digna de encomio
y sin guardar reconcomio
estaba Calatayud.


Puso en alerta el sentido
el Jefe de Personal
y trato preferencial
le dio por el apellido.
Le dijo: - Yo aquí decido
a quién meto en esta empresa.
¿qué te mueve a la sorpresa?
¿en qué me he equivocado?
¡no te rías mi estimado!
así apellida Teresa.


Y empezó la zamacueca
que es lo mismo que entrevista
y reconoció el prosista
que no era cabeza hueca.
En vez de hacerse la sueca
sacó el alma cordobesa
y en una postura inglesa
que rescató muy valiente
se batía frente a frente
con el jefe en una mesa.


Ella dijo: - Aspiraciones
nunca me van a faltar
y empiezo con aportar
desde hoy mismo soluciones.
Daba a todas las cuestiones
respuestas con prontitud
y puesto que juventud
y ciencia no le faltaba
muy a placer se encontraba
en examen de aptitud.

© 2007 Luis Bárcena Giménez

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