en Décima Espinela

Cuando yo llego a tu casa



Cuando yo llego a tu casa
retornando de otros lares
se me acaban los pesares
y el cansancio se me pasa.


A ti amiga verdadera
en versos quiero decirte
que Dios ha de bendecirte
por tu natural manera.
Si a la palabra sincera
una sonrisa acompasa
con tu amistad que me abrasa
haciendo eterno el momento
estoy radiante y contento
cuando yo llego a tu casa.


Yo no soy hombre vencido
para mí no es la derrota
aunque de sangre una gota
derramé porque he sufrido.
Trato de ser divertido
disimulando en cantares
me aguanto el llorar a mares
pese a que soy hombre rudo
buscando tu auxilio acudo
retornando de otros lares.

El ver a doña René
y también a don Manuel
es libar del cielo miel
y es alimentar la fe.
Los abrazos que gocé
de Roberto y familiares
duran tiempos seculares
que en mi modo de explicar
dentro de un cálido hogar
se me acaban los pesares.


Silvia, próximo al final
de esta décima en tu honor
voy a confiar con fervor
una idea principal.
Cada encuentro fraternal
me saca de pampa rasa
con el verte se desfasa
esta mi tristeza impía
renuevo yo mi energía
y el cansancio se me pasa.

© 2004 Luis Bárcena Giménez
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