en Décima Espinela

El Rey que me ha cautivado



El rey que me ha cautivado

exhibe el torso desnudo
está cabizbajo y mudo
con el rostro demacrado.
Él vive crucificado
compartiendo mi casucha,
yo sé que solo en la lucha
en este mundo no estoy
y mis lamentos le doy
porque con bondad me escucha.


El rey que me ha cautivado

no gobierna con la ley
con que regenta otro rey
en el trono apoltronado.
Y por su aura acompañado
voy librando mis batallas
si yo enfermo por mis fallas
se apersona ante mi lecho
y acerca su magro pecho
desprovisto de medallas.


El rey que me ha cautivado

corona de oro no tiene
porque de hace siglos viene
con espinas coronado.
Mas, en la cruz sublimado
en la tierra está presente,
por eso si entre la gente
no encuentro amor verdadero
veo en Él al compañero
que me guía francamente.


El rey que me ha cautivado

no mora en ningún palacio
pero del tiempo y espacio
jamás será destronado.
El Nazareno alumbrado
en pesebre de Belén
es la verdad, es el bien
que los pecados perdona
es Dios y también persona
el rey en quien creo, ¡amén!

© 2005 Luis Bárcena Giménez

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