en Décima Espinela

Téngase el hombre por dueño



De su modo de vivir
téngase el hombre por dueño
puesto que la vida es sueño
¡yo solo quiero dormir!


Anonimato y renombre
con permiso de la vida
juegan su diaria partida
para que esta los escombre.
Lo más difícil pa’l hombre
es la acción de convivir
aunque está bien exigir
de todos un trato amable
cada quien es responsable
de su modo de vivir.


Humanos hay cantidad
y por todos los rincones
habemos seis mil millones
y escasea la hermandad.
¡Ay! díscola Humanidad
que por nada frunce el ceño
en mundo poco halagüeño
por si mismo y con sapiencia
de su efímera existencia
téngase el hombre por dueño.


La vida suele portarse
de manera dispareja
y si en el suelo nos deja
del suelo hay que levantarse.
Por ella, por qué drogarse
con la raíz del beleño
si a la vida se hace empeño
puede resultar muy bella
mas no hay que aferrarse a ella
puesto que la vida es sueño.


Aquellos que bien meriendan
sin arriesgar el pellejo
sacan a luz su consejo
pa’ que los demás entiendan.
Lo que siempre recomiendan
“no existir por existir”
mas que otro vaya a sufrir
al turno de amanecida
puesto que un sueño es la vida
¡yo solo quiero dormir!

© 2007 Luis Bárcena Giménez

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