en Décima Espinela

Sal y dame la fortuna



Sal y dame la fortuna
de contemplar tu hermosura
la noche no es tan oscura
si está presente la luna.


Por ti vivo la emoción
de amar, cuando te miro,
y es así como me inspiro
lleno de satisfacción.
Si no tengo inspiración
mi mente es una laguna
aclara mi noche bruna
enriquece mi existencia
no me niegues tu presencia
sal y dame la fortuna.


Yo sé bien lo que es sufrir
y yo sufro sin reposo
para que viva dichoso
haces falta en mi vivir.
¿A quién voy a recurrir
si eres tú la que me cura?
prenda querida procura
mis afanes contentar
que no me voy a cansar
de contemplar tu hermosura.


Si mi vida te ofrecí
nuevamente te la ofrezco
tú dirás si te merezco
con el amor que hay en mí.
Aunque estoy loco por ti
te hablo desde la cordura
con tu natural ternura
con tu aliento que es mi brisa
con la luz de tu sonrisa
la noche no es tan oscura.


A tu casa que es mi altar
he venido esperanzado
en que, de amor al llamado
te resistas a faltar.
Es mi intención resaltar
la belleza que te acuna
si bella como ninguna
el sol te suele poner
más bonita te has de ver
si está presente la luna.

© 2007 Luis Bárcena Giménez

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