en Décima Espinela

Cuando veas a Teresa



Tú brincarás hasta el techo
te pararás en la mesa
cuando veas a Teresa
¡acurrucada en mi pecho!


Por ironía, ¡el infierno!
Dulce María me das
y aunque te abrase tú estás
frígida como el invierno.
No creas que será eterno
ese tu aire satisfecho
te lo juro ¡será un hecho!
cuando leas mi reporte
movida por un resorte
tú brincarás hasta el techo.


Me tienes cual arlequín
de tu original comedia
mi sencillez no remedia
tu gusto en darte postín.
Pronto llegará a su fin
tu reinado de traviesa
y con la boca muy tiesa
no hablarás y sin permiso
como si no hubiese piso
te pararás en la mesa.


Toda mi pasión naufraga
y me duele porque sé
que es tuya la idea que
en cuanto a ti voy en zaga.
Amor con amor se paga
y sorpresa con sorpresa
tú prosigue en plan de espesa
refugiándote en la mueca
que vas a quedar babieca
cuando veas a Teresa.


Ella sí que me emociona
me respeta y da buen trato
y en vez de mucho boato
tan solo amor ambiciona.
Lo nuestro ya no funciona
y a vivir tengo derecho
llanto de rabia y despecho
en tus ojos brotará
porque Teresa estará
¡acurrucada en mi pecho!

© 2007 Luis Bárcena Giménez

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