en Décima Espinela

Por fatal separación



Por fatal separación
¡cárcel tenía que ser!
agoniza la mujer
y se atormenta el varón.


La mujer, ¡llena de gracia!
el varón, ¡guapo también!
ambos vivían muy bien
sin ser de la aristocracia.
Los vientos de la desgracia
hicieron su aparición
y la buena relación
por mucha gente envidiada
de pronto quedó truncada
por fatal separación.


Igual que al más peligroso
de todos los delincuentes
los inmutables agentes
se llevaron al esposo.
Y en el barrio populoso
desde el fatídico ayer
todo humano por deber
sabe de memoria el nombre
pues pa’ aprisionar al hombre
¡cárcel tenía que ser!


Sin explicarle por qué
se llevaron al marido
y ese día un alarido
desgarrador escuché.
Al mirarla la encontré
sumida en el padecer
ahí pude comprender
fue suficiente con eso
que cuando el varón va preso
agoniza la mujer.


Y refiero a mi manera
que tras las rejas escribo
porque el marido está vivo
y la historia es verdadera.
De su noble compañera
se sabe su defunción
y aunque en la dura prisión
la muerte ya no es primicia
le doy la triste noticia
y se atormenta el varón.

© 2007 Luis Bárcena Giménez
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