en Décima Espinela

Por enfrente de tu puerta



Por enfrente de tu puerta
donde un beso tú me diste
paso con el alma triste
porque para mí estás muerta.


Estoy muy mal ¡de verdad!
mi fe está quebrantada
me hastía mi morada
no gusto de la ciudad.
Por una fatalidad
no tengo amada ni huerta
cuando la calle desierta
tiene del sol el ocaso
sigilosamente paso
por enfrente de tu puerta.


Como una moda que halaga
y categoría presta
en esta humana floresta
la traición se ha vuelto plaga.
Por no quedarte a la zaga
tu juramento rompiste
un amorío tuviste
y yo tuve que fugar
pues fue en el mismo lugar
donde un beso tú me diste.


De amor brindaste un instante
pero eso fue tu reverso
y entre tu verso y mi verso
¡no hubo rima consonante.
Si tenías otro amante
¿por qué te comprometiste?
mortalmente tú me heriste
alegría no me queda
y a diario por tu vereda
paso con el alma triste.


No vivas con el temor
de una posible venganza
que no remedia una lanza
los males del desamor.
Tranquila, que por tu amor
no habrá ninguna reyerta
ya no importa que despierta
y en otros brazos cautiva
tú demuestres que estés viva
porque para mí estás muerta.

© 2007 Luis Bárcena Giménez

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