en Décima Espinela

No bajes más las persianas



¿Por qué todas las mañanas
en la oscuridad me pierdes?
No bajes más las persianas
en tus lindos ojos verdes.


No te atrevas a decir
que es por falta de ocasión
si una amorosa pasión
te empeñas en reprimir.
Contradices tu sentir
con acciones puritanas
de verme tú tienes ganas
y lo sé por tus sonrojos
aun así cierras los ojos
¿por qué todas las mañanas?


Me das el atardecer
cuando yo te brindo el día
y obtengo al darte alegría
de tu parte, el padecer.
Quisiera saber qué hacer
pa’ que conmigo concuerdes
¿es justo que a diario acuerdes
encontrarte con las sombras?
¿por qué si a solas me nombras
en la oscuridad me pierdes?


En mi sangre estás metida
como en todo lo que veo
y al ser mi cura deseo
que adoptes otra medida.
Ironía de la vida
mis intenciones son vanas,
son tus ojos las ventanas
a las que voy con mi cruz
deja que salga tu luz
no bajes más las persianas.


Si la mentira aborreces
ya no ocultes la verdad
que viviendo en soledad
la vas a pagar con creces.
¡Te amo! dije tantas veces
que dudo no las recuerdes
y puesto que tú te muerdes
los labios, de puro amor
retrátame sin temor
en tus lindos ojos verdes.

© 2007 Luis Bárcena Giménez

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