en Décima Espinela

Por suerte he llegado a adulto



Desheredado llegué
a este mundo petulante
como cualquier ignorante
con su frialdad me llagué.


No se puede nada hacer
cuando a uno lo han parido
solo lanzar el chillido
de todo nene al nacer.
Producto o no del placer
esta osadía pagué,
yo desde el vientre bogué
y puede que tenga gracia
cual hijo de la desgracia
desheredado llegué.


Porque yo fui bautizado
conocí el agua bendita
y también la palmadita
que le dan al confirmado.
Luego me vi involucrado
con sociedad comediante,
yo cristiano practicante
puse al santo en mi repisa
y hasta brindé una sonrisa
a este mundo petulante.


Por suerte he llegado a adulto
porque suerte hay que tener
si en el mundo me han de ver
solamente como un bulto.
Estoy lejos del indulto
de vida beligerante,
con la muerte colindante
es la rutina que tengo
y de luces estoy rengo
como cualquier ignorante.


Me sigue una maldición
yo no sé por qué motivo
con dificultad esquivo
la ruta de perdición.
De amor en inanición
como un loco me cegué
a una mujer halagué
para que en mi vida irradie
y al decirme que era nadie
con su frialdad me llagué.

© 2004 Luis Bárcena Giménez

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