en Décima Espinela

Me vi pronto en el altar



Me vi pronto en el altar
ni bien terminé el colegio
preso de tu sortilegio
yo me tuve que casar.


No era ningún acertijo
lo que tenía que hacer
solo cumplir el deber
del que deja de ser hijo.
Salí con un rumbo fijo
para la boda afrontar,
parecía divagar
frente de la imagen santa
con un nudo en la garganta
me vi pronto en el altar.


Recordando esos momentos
como una estrella fugaz
celebro que fui capaz
de cumplir los mandamientos.
Yo con buenos sentimientos
borré todo sacrilegio,
me elevé al nivel de egregio
refrenando mis desbandes
ingresé en cosas de grandes
ni bien terminé el colegio.


La cama fue nuestro abrigo
en el que ambos nos metimos
para, aparte de los mimos
estar, ombligo a ombligo.
A ti te llegó conmigo
tu primer momento regio,
me diste ese privilegio
y en lo carnal exulté
fue así cómo resulté
preso de tu sortilegio.


Los sustos fueron al cesto
mi garganta está sin nudo
y que, es con amor, no dudo
seguimos echando el resto.
Con alegría me he puesto
nuestra vida a repasar,
esto tuvo que pasar
pero tú no eres pasado
para tenerte a mi lado
yo me tuve que casar.

© 2004 Luis Bárcena Giménez

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