A diario yo me evalúo
y sin un margen de error
me doy cuenta de que actúo
como mi “antesucesor”.
Cuatro son las estaciones
en que se divide el año
pero el mundo es un rebaño
con muchas motivaciones.
Abundan las tentaciones
y a veces me desvirtúo,
en el ambiente fluctúo
entre alegría y tristeza
y dejando la pereza
a diario yo me evalúo.
Cuando las humanas olas
se encuentran por otra parte
a mi mente traigo aparte
“al hombre de las chabolas”.
Con mi personaje a solas
no siento ningún temor,
por la edad, ya soy mayor
y a manera de consuelo
con él hago el paralelo
y sin un margen de error.
A la siguiente alborada
salgo con ánimo inmenso
mas la gente está en suspenso
en la calle abarrotada.
Para no perderme nada
adelante me sitúo
y en mundo al que conceptúo
de arrollador y pragmático
en vez de quedarme estático
me doy cuenta de que actúo.
Allí pierdo el tentempié
y franco que me da igual
ya que como es habitual
¡todos vieron, nadie fue!
Como ciudadano a pie
caminar no me da horror,
mi andadura es lo mejor
y por dondequiera voy
porque en resumen yo soy
como mi “antesucesor”.
© 2007 Luis Bárcena Giménez
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