Frente a la fastuosa feria
para gente adinerada
hay una inmensa barriada
donde habita la miseria.
Salí de paseo un día
y a pesar que soy enteco
pude percibir el eco
de lejana gritería.
De inusual algarabía
quise saber la materia,
por la engalanada arteria
lentamente caminé
y deslumbrado quedé
frente a la fastuosa feria.
Allí reinaba el contento
el esplendor, el caché
la facundia, el paripé
y también el alimento.
Yo miraba muy atento
desde la opuesta calzada,
mas mirando estaba en nada
y no porque yo quisiera
pero eso a la legua era
para gente adinerada.
Y yo soy una persona
como el sol en su declive
que por milagro malvive
en la parte más peleona.
La ciudad en esta zona
está bien delimitada
y densamente poblada
por gente menesterosa
frente a la feria ostentosa
hay una inmensa barriada.
Allí con otros mortales
hacemos lo que podemos
puesto que solo tenemos
tierra seca y lodazales.
Han asentado sus reales
el cólera y la difteria
y aunque la carencia es seria
a esta se le desestima
pues ningún gobierno intima
donde habita la miseria.
© 2009 Luis Bárcena Giménez
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