en Décima Espinela

En una casa chalaca



En una casa chalaca
en plena calle Colón
siempre había vacilón
entre el trompo y la huaraca.


Muchos años han pasado
y si olvidé a mucha gente
por contra, al lugar de ambiente
lo tengo memorizado.
Entonado o no entonado
iba allí con mi matraca
me veía con la flaca
con la rubia, con la gorda
con la negra y con la sorda
en una casa chalaca.


Mientras desnuda Tomasa
daba a conocer sus artes
de la casa en ciertas partes
asomaba la argamasa.
Aunque plebeya la casa
era noble su función
en porteña población
porque se necesitaba
la casa en mención estaba
en plena calle Colón.


El sitio era concurrido
por casados y solteros
habituales, pasajeros
que le daban colorido.
El bar estaba surtido
con pisco, cerveza y ron
y de la música al son
sobre todo Salsa dura
para mover la cintura
siempre había vacilón.


Todas tenían camote
del chancho a los chicharrones
por eso ante los varones
se agrandaban el escote.
Y para que no me embote
ni me agarre la resaca
me quitaba la casaca
y escogía a la más lista
para hacer una entrevista
entre el trompo y la huaraca.

© 2007 Luis Bárcena Giménez
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