en Décima Espinela

En el nombre de María



La culpa es tan solo mía
aunque aclaro que pequé
¡en el nombre de María!
¡en el nombre de José!


De dinero hice derroche
por mi lujuria habitual
y de la gente moral
no me importaba el reproche.
Licenciosa era la noche
y más licencioso el día,
mi vida no ha sido pía
a Dios lo tuve olvidado
y si viví en el pecado
la culpa es tan solo mía.


Cuando al rango de maldito
llegué por no tener luz
oí la voz de Jesús
y me derrumbé contrito.
Desde el infernal garito
a la iglesia retorné
y hoy en ella se me ve
rezándole al Dios Divino
y voy por el buen camino
aunque aclaro que pequé.


Hoy miro con más nobleza
al mundo que me rodea
y le digo al que flaquea
que yo viví con torpeza.
Y puesto que a la tristeza
le conozco su porfía
un momento de alegría
donde la pena persiste
voy a brindarle al más triste
¡en el nombre de María!


Hoy día me hace ilusión
saber que no vivo en vano
y olvido así ese mundano
periodo de perdición.
Ya que mediante el perdón
de Cristo, resucité,
voy a compartir mi fe
con quien no tiene confianza
y le hablaré de esperanza
¡en el nombre de José!

© 2007 Luis Bárcena Giménez
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