en Décima Espinela

En la noche de tus ojos



En la noche de tus ojos
me gusta pasear sin prisa
hasta que amanece el día
con el sol de tu sonrisa.


El que al mundo hayas venido
bendigo en todo momento
y me llena de contento
estar a tus pies rendido.
Abrazado a ti me olvido
de que en la vida hay abrojos,
libre de penas y enojos
como en un sueño dorado
me veo resucitado
en la noche de tus ojos.


Y mi alma por ti inspirada
y que en tus labios presencio
hace conforme al silencio
una tácita llamada.
Por el amor tu mirada
abre el párpado sumisa
tu pestañear da la brisa
mientras mi vista camina
y por esto en tu retina
me gusta pasear sin prisa.


En ese instante tan lindo
que deseo no se acabe
busco el verso que te alabe
pero enseguida me rindo.
Y de este verso prescindo
porque tú eres poesía
y puesto que la alegría
me la das con tu mirar
yo te puedo contemplar
hasta que amanece el día.


Y cómo no ser amante
y creer en la dulzura
si tú teniendo hermosura
no te muestras arrogante.
Lo dulce de tu semblante
la Natividad avisa
pues mi corazón divisa
como diaria bienandanza
que se asoma la esperanza
con el sol de tu sonrisa.

© 2007 Luis Bárcena Giménez
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