en Décima Espinela

Tú te olvidaste de mí



Tú te olvidaste de mí
y yo me olvidé de Dios
y Dios se olvidó de ti
¡y fracasamos los dos!


Te veo, no te imagino
muy alzada la nariz
que aparentas ser feliz
en este lugar cochino.
Contigo no fui mezquino
porque todo te lo di
el golpe más cruel sufrí
y está anotado ese día
cuando yo más te quería
tú te olvidaste de mí.


Me quedé sin sentimiento
y un borrón en mi memoria
me hizo llegar a la escoria
que soy en este momento.
Lleno de resentimiento
a ser noble dije ¡adiós!
pese al dolor no fui en pos
de consolación al templo
tu olvido sirvió de ejemplo
y yo me olvidé de Dios.


También a ti Satanás
empezó a darte lecciones
y en el barrio tus acciones
miraban como jamás.
Pensaste no verme más
esfumándote de allí
pasó el tiempo y llego aquí
donde cobran las mujeres
fuiste en busca de placeres
y Dios se olvidó de ti.


El destino hoy nos juntó
en este burdel de noche
ya para qué hacer reproche
de lo que un día existió.
Tienes sífilis y yo
de tuberculoso tos
en la ruptura entre nos
la cual fue un simple barullo
le hicimos caso al orgullo
¡y fracasamos los dos!

© 2007 Luis Bárcena Giménez
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