¡Esa arpía cómo friega!
gritó su amante a Valerio
¿que no ha visto el adulterio?
¡es vieja pero no es ciega!
En una apartada vía
que aireaba el atardecer
una atractiva mujer
a su amante le decía:
- Esa abuela más espía
en la época veraniega
adonde voy ¡ella llega!
con su arrugada presencia
y la dicha y la paciencia
¡esa arpía cómo friega!
La abuelita era baquiana
aguaitando actos carnales
incluso a los matorrales
iba de muy buena gana.
De la vista de la anciana
al verse en el cautiverio
con el semblante muy serio
y la boca temblorosa:
- ¡Qué vieja para chismosa!
gritó su amante a Valerio.
Dando paso a sus barruntos
dijo en susurro a su amado:
- Seguro que esto ha pensado
al mirar que estamos juntos:
“Hoy no es día de difuntos
y están en el cementerio”
para aclarar el misterio
ha sacado la cabeza
y ¿tú piensas con simpleza
que no ha visto el adulterio?
Valerio dijo a su vez
sobre la ingrata persona:
- Aunque sea de mirona
disfruta de su vejez.
Ella a él dijo después
de romántica refriega:
- Ha mirado nuestra entrega
¡y ya súbete la trusa!
que semejante lechuza
¡es vieja pero no es ciega!
© 2007 Luis Bárcena Giménez
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