en Décima Espinela

La negra y el cura 1



Una negra fornicaba
con el cura del convento
porque creía en el cuento
que con él ¡se despintaba!


Sin cantar el Alcatraz
sin prender ninguna vela
ella sentía candela
por delante y por detrás.
Pa’ gozo de Satanás
que allí también cabalgaba
¡sabe Dios qué musitaba!
bien cogida por el anca
sobre una sábana blanca
una negra fornicaba.


No era una negra cualquiera
pues la más blanca envidiaba
la pasión que despertaba
con su figura de pera.
En resumen, la negra era
de mujer ¡un monumento!
tanta belleza y talento
dejó caer en pecado
porque se había enredado
con el cura del convento.


Dijo el cura a su complejo:
- el ser negro es un defecto
y apostando al doble efecto
le bastó tirarle un tejo.
Y aunque este cuento es muy viejo
se lo creyó en el momento
y el curita muy contento
con carne y Ave María
de la negra se reía
porque creía en el cuento.


Y en el Paseo Colón
lejos de Santo Domingo
entre una negra y un gringo
se entabló una discusión.
Esto llamó la atención
de la gente que pasaba,
la negra le reclamaba
de que le estaba mintiendo
y el sotanas insistiendo
que con él ¡se despintaba!

© 2005 Luis Bárcena Giménez

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