Es guerra no declarada
y esto se ve por doquiera:
soltera envidia a casada
casada envidia a soltera.
Una, hacia la plaza va
otra, de la plaza viene
a una, el marido mantiene
a la otra, nadie le da.
Una, sin frazada está
otra, solo con frazada,
me dijo una divorciada:
“Casos conté como mil
y un simple estado civil
es guerra no declarada”.
Periqueadas cual artistas
saben mostrar sus encantos
entonan los mismos cantos
y hasta se prestan revistas.
Como dos mujeres listas
comparten la ventolera,
se acaba lo compañera
cuando el varón es el mismo,
se abre entre ellas un abismo
y esto se ve por doquiera.
La soltera es resquemor
a la palabra “pareja”
porque lleva en cada oreja
la palabra “desamor”.
Sin tener un dulce amor
lleva una vida amargada,
por una boda frustrada
su aversión la saca en coche,
sobre todo por la noche
soltera envidia a casada.
La casada es un demonio
porque soltera ¡ya fue!
y en su genio hay mezcla de
plomo, estaño y antimonio.
Por cosas del matrimonio
ya sabe de pelotera
y con la mirada fiera
predispuesta a la maldad
por su santa libertad
casada envidia a soltera.
© 2005 Luis Bárcena Giménez
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