en Décima Espinela

A ti mi amante querida



A ti mi amante querida

mujer con aura de diosa
te voy a dar una rosa
y en esa rosa mi vida.


Amada, no es espejismo
que tú me tengas a mí
y más aún cuando en ti
yo tengo mi catecismo.
Vivo con romanticismo
y la inspiración debida,
en mi mente esclarecida
versos tengo un abanico
y todos te los dedico
a ti mi amante querida.


No me cuesta improvisar
lo que tú en mi mente labras
cuando quiero con palabras
tu belleza resaltar.
Yo que he visto desfilar
a tanta mujer hermosa
ni la imagen majestuosa
que tienen otras mujeres
se compara, porque ¡eres!
mujer con aura de diosa.


Y por esto cuando intuyo
que la envidia está al acecho
con la zozobra en el pecho
hacia tu morada huyo.
Mi corazón entra al tuyo
y en dulce calma reposa,
por tu actitud cariñosa
mañana que empieza abril
del colorido pensil
te voy a dar una rosa.


Con esa pequeña ofrenda
diré a tu alma enamorada
que en verdad ¡importa nada!
que otra gente no comprenda.
Continuaremos la senda
por nosotros escogida
mas tú serás quien decida
cuándo y cómo moriré
que una rosa te daré
y en esa rosa mi vida.

© 2007 Luis Bárcena Giménez

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