Furtiva amante recuerda
si estás en brazos distintos
que tu pasión le da cuerda
al reloj de mis instintos.
Va a ser un tormento atroz
para ti mi dulce amada
cuando ya más reposada
me quieras decir ¡adiós!
Será el eco de mi voz
quien en la oreja te muerda,
mas antes de que nos pierda
la memoria con los años
que no somos dos extraños
furtiva amante recuerda.
No hay un “después” o un “antes”
en cada encuentro amatorio
y a tu sensual repertorio
le entono mis propios cantes.
Pues como yo, los amantes
no abundan o están extintos,
sin ir por los laberintos
de calles hasta tu plaza
yo sé que nadie te abraza
si estás en brazos distintos.
No requiero que me envíes
un artículo de fe
puesto que también yo sé
que estando conmigo ¡ríes!
Céntrate, no te desvíes
y contigo misma acuerda
no dejar que te remuerda
con su credo la conciencia
sabiendo de mi querencia
que tu pasión le da cuerda.
Nuestros cuerpos que se bañan
en noches de efervescencia
con la erótica cadencia
entrelazados se amañan.
Parece que se acompañan
con guitarras y requintos
y esos momentos sucintos
igual que olas veraniegas
hacen caminar a ciegas
al reloj de mis instintos.
© 2005 Luis Bárcena Giménez
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