Con las luces mortecinas
de la ruidosa ciudad
pasa con celeridad
tu vida entre bambalinas.
Unos vienen y otros van
a este tipo de mercado
tal como me has explicado
cada cual vende su pan.
Las que más lana te dan
son las noches sabatinas
por callejas con cantinas
que hay en la zona rosa
vuelves a casa ojerosa
con las luces mortecinas.
El que no tengas esposo
sí que es una gran ventaja
y más grande es la navaja
que tiene todo tramposo.
En ese lugar famoso
no estás por casualidad
dada tu sensualidad
que gusta mucho a la gente
eres parte del ambiente
de la ruidosa ciudad.
Sales y a tu alrededor
observas con desconfianza
y estableces nueva alianza
con la Virgen y el Señor.
Mientras que tú por temor
andas por la claridad
corre hacia la oscuridad
un malandro cogotero
por tu lado un patrullero
pasa con celeridad.
Caminando con torpeza
porque estás medio borracha
tú la inocente muchacha
llegas por fin a tu pieza.
Tus dolores de cabeza
no amenguan las aspirinas
cuando calma te examinas
con tristeza te respondes
que aunque disfrutas escondes
tu vida entre bambalinas.
© 2007 Luis Bárcena Giménez
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