En lo oscuro de la torre
a un peón introdujiste
dama de la madrugada
¡en un tris te lo comiste!
Hasta el instante has vivido
de manera original
y si no recuerdo mal
todo te lo has permitido.
Con la capa del olvido
velozmente el tiempo corre
mas no logra que se borre
y te trae a la memoria
esa parte de tu historia
en lo oscuro de la torre.
A tu esposo ¡el soberano!
solías acompañar
pa’ poder desentrañar
lo débil del veterano.
Al estilo siciliano
con precisión lo mediste,
cuando al rey muy lejos viste
cual burro sobre un caballo
en menos que canta un gallo
a un peón introdujiste.
Oro, plata ni marfil
tenía él pa’ regalarte
y solo podía darte
muchos jaques con su alfil.
Y de frente o de perfil
soñabas con ser amada,
maestra fue tu jugada
al dejar expuesto al rey
puesto que el trueque es tu ley
dama de la madrugada.
Tu corona cual plumero
fue a parar en la repisa
porque tú tenías prisa
por salirte del tablero.
Al supuesto prisionero
sin pudor lo desvestiste
pero este no estaba triste
por encontrarse expedito
y ya abierto tu apetito
¡en un tris te lo comiste!
© 2007 Luis Bárcena Giménez
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