en Décima Espinela

En mi vida hay dos mujeres



En mi vida hay dos mujeres
tú mi amiga, que me entiendes
tú mi amante, que me enciendes
con caricias y placeres.


Al despertar y ver clara
el alba que anuncia el día
es tan grande mi alegría
que con nada se compara.
Esta es mi suerte que ampara
un ser que suma dos seres
cada cual con sus poderes
diferentes de maneras
pero iguales de sinceras
en mi vida hay dos mujeres.


Yo soy hombre y te concedo
sobre mí todo el derecho
porque en lo hondo de mi pecho
has calado cual un credo.
Las veces en que no puedo
con mis fantasmas y duendes
tus alegrías suspendes
vienes solidariamente
y en mi pena estás presente
tú mi amiga, que me entiendes.


¿Qué varón una caricia
de una mujer no desea?
y es mi dicha de que sea
¡tu figura una delicia!
Espontánea y sin malicia
gratamente me sorprendes
sobre la cama te extiendes
desnuda, no te complicas
y mi pasión amplificas
tú mi amante, que me enciendes.


Mi boca siempre a través
de un poema te reclama
porque tú eres una dama
¡de la cabeza a los pies!
Ser de lo más sensual es
uno de tus menesteres
en un mundo en que alfileres
me ponen por el camino
me das el néctar divino
con caricias y placeres.

© 2007 Luis Bárcena Giménez
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