Si el instinto se rebela
contra la misma rutina
compro el amor en la esquina
donde lo vende Mariela.
No conozco aquí en mi tierra
un varón que no se excite
y que busque su desquite
en Costa, Montaña o Sierra.
En el día que se emperra
por blanca o por piel canela
inicia un canto a capela
sigue su erótica danza
y va al diablo la templanza
si el instinto se rebela.
Cuando mi novia, un trance
me hace pasar con su embargo
sin esperar al letargo
yo mismo me doy un chance.
Aunque la tengo al alcance
no choco con mi vecina
en la tarde mortecina
y donde hay sexualidad
yo busco la novedad
contra la misma rutina.
Convertido en un comando
entro a la boca del lobo
mas aclaro que soy probo
y a diario no me desmando.
Juicioso, de vez en cuando
llevo vida libertina
el sueldo se me apoquina
mensual y no me molesto
separo un poco y con esto
compro el amor en la esquina.
Entre todas las beatas
la más beata es mi novia
en el sexo ella me agobia
repitiendo sus cantatas.
No se pone en cuatro patas
pero egoísta, ¡me cela!
y puesto que sin esquela
invitado siempre estoy
a comprar amor yo voy
donde lo vende Mariela.
© 2007 Luis Bárcena Giménez
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