en Décima Espinela

El sonido de tu voz



Contra la tristeza lucho
y siempre venzo ¡por Dios!
el secreto es que yo escucho
el sonido de tu voz.


La pena en su afán nocivo
y que no otorga mercedes
dentro de cuatro paredes
quiere tenerme cautivo.
Aunque no le di motivo
de su encono yo sé mucho
porque no es un arrechucho
y es un malestar constante
hecho un fiero contrincante
contra la tristeza lucho.


Somos de bandos contrarios
un mal hado y un humano
teniendo lista la mano
para ir a los armarios.
Como viejos adversarios
nos tratamos de tú y vos
y en esta guerra los dos
cruzamos nuestras espadas
yo esquivo sus estocadas
y siempre venzo ¡por Dios!


Ella deja su trinchera
blande, tira, busca el tajo
y al ver que el golpe barajo
furiosa se desespera.
Mientras que ella vocifera
yo nada le desembucho
mi estrategia no es de ducho
mas hace que no me pese
porque antes de que me exprese
el secreto es que yo escucho.


La tristeza es ansiedad
en la vida es un estorbo
y al ser de la muerte un sorbo
es dolor y adversidad.
Con ella en mi soledad
libro un combate feroz
y si la pena ¡veloz!
me pone trampas, no caigo,
evado el cerco y atraigo
el sonido de tu voz.

© 2007 Luis Bárcena Giménez
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