En el verde del boscaje
la luz solar aterriza
la noche se sintetiza
el día estrena su traje.
Duermen tranquilos los ñaños
soñando con inocencia
al tiempo que la violencia
de las pañas va a los caños.
Por el viento o por los años
cae partido el ramaje,
se yergue altivo el aguaje
busca el hombre algún recurso
y el río sigue su curso
en el verde del boscaje.
Se siente un vaho oloroso
que lentamente se eleva
y que al motelo le lleva
hacia el terreno fangoso.
El sol, astro luminoso
su esencia de fuego atiza,
se aclara el cielo ceniza
troca en azul su color
trayendo vida y calor
la luz solar aterriza.
Cruje el techo de yarina
se guarece la lechuza
y un indígena se cruza
con la shushupe asesina.
La luna cual bailarina
en el cielo se desliza,
viendo que el sol armoniza
la floresta con colores
reposada y sin rencores
la noche se sintetiza.
Llevándose algún reproche
del humano sin fortuna
triste la pálida luna
le pone a su actuación broche.
Tras el telón de la noche
desaparece el celaje
y ante el hermoso paisaje
visto desde la ribera
igual que una quinceañera
el día estrena su traje.
© 2007 Luis Bárcena Giménez
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