Razón tenías Martín
que no me fuera de casa
el asunto de la raza
¡es un racismo sin fin!
Martín, te escribo a destajo
y disculpa la demora
pero comprende que ahora
no son tiempos de relajo.
Aunque salí por trabajo
y no por ser andarín
hoy que estoy en un confín
lejano, ¡sin un amigo!
escarmentado te digo
razón tenías Martín.
No digas a mi mamá
lo que yo a ti te comento
pues le dije que contento
de la vida estoy acá.
A diferencia de allá
la tolerancia es escasa
y a pesar que el tiempo pasa
retrocedo a esos días
en los que tú me decías
que no me fuera de casa.
De paz esto no es remanso
porque hay peligro a solapo
y a morir por ser un guapo
mejor vivir por ser manso.
En mis días de descanso
nunca concurro a la plaza
ya lo he visto y por mi traza
he descifrado el misterio
de que es un problema serio
el asunto de la raza.
La cosa no está pareja
porque en esta democracia
del foráneo la desgracia
o no importa o se festeja.
Aquí cualquiera en la oreja
te deja su retintín
más si azuza un mandarín
al pueblo a ser indolente
el problema de la gente
¡es un racismo sin fin!
© 2007 Luis Bárcena Giménez
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