en Décima Espinela

Quisiera tener dos alas



Quisiera tener dos alas
¡para poder caminar!
Los pies que me dio el Señor
¡me sirven para volar!


Hay zonas donde estimulan
el uso de estimulantes
y cada vez más marchantes
por esas calles pululan.
El peligro disimulan
en la noche las bengalas
viendo muchas cosas malas
que motivan desconfianza
de un ángel a semejanza
quisiera tener dos alas.


Antaño en mi barrio había
paz y gente conocida
ora la zona es temida
hasta por la policía.
Con dos alas no tendría
más penurias que pasar
en concurrido lugar
un par de escudos serían
y también me servirían
¡para poder caminar!


Hay tanta gente ¡que agobia!
y que tiene cara extraña
y adivinando su maña
me puede birlar la novia.
Yo sufro de claustrofobia
con gente a mi alrededor
alas no hay y da dolor
la utopía que mantengo
al ver que yo solo tengo
los pies que me dio el Señor.


Ni mañana ni después
alas me van a salir
y me resigno a vivir
como cualquier feligrés.
Pese a todo, de mis pies
yo no me puedo quejar
he podido comprobar
que cuando hay un alboroto
un temblor o terremoto
¡me sirven para volar!

© 2007 Luis Bárcena Giménez
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