en Décima Espinela

Deja libre mi sendero



Deja libre mi sendero
en ti avizoro la trampa
aunque muy bella tu estampa
por promiscua no te quiero.


Otrora en el monasterio
ya te hubieran recluido
mas yo seguiría herido
por tu falaz adulterio.
No te diré un improperio
y pago a lo caballero,
si difiere el derrotero
y tienes más de un amante
desde ahora en adelante
deja libre mi sendero.


Tu desliz que encandiló
las más retorcidas mentes
es propio de delincuentes
y es más que un delito ¿o no?
¿Qué pasaría si yo
te aplico la ley del hampa?
anda cogiendo tu lampa
y sepulta tu miseria
que estando sonriente o seria
en ti avizoro la trampa.


Mi pena yo contenía
mientras me ibas traicionando
y Dios me vio que llorando
la esperanza mantenía.
Al amor que te tenía
lo hiciste rodar la rampa,
la pasión aquí no acampa
y te digo de pasada
que tú no me excitas nada
aunque muy bella es tu estampa.


¡Hasta nunca prenda amada!
acuéstate con quien quieras
y si te salen ojeras
tú no me reproches nada.
Sabes bien que tu encamada
ni siquiera es por dinero,
con el corazón matrero
no sabes arrepentirte
y no está demás decirte
por promiscua no te quiero.

© 2004 Luis Bárcena Giménez

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