en Décima Espinela

Tú quisiste bien querido



Tú quisiste bien querido
terminar muy tristemente
en el reducto de olvido
que abarca toda mi mente.


Entras tú a este café
y te acercas a mi mesa
y por tu faz de sorpresa
deduzco tu mala fe.
¿Te parece mal que esté
con salud favorecido?
y di ¿por qué adolorido
debo llevar mi existencia?
si tu fin con insistencia
tú quisiste bien querido.


Yo llegué a idolatrarte
y no me digas que no
jamás un hombre te dio
el amor que supe darte.
Tú debieras reprocharte
por volverme indiferente
¿de qué sirvió ser paciente
y regalarte mi amor?
para que hagas todo por
terminar muy tristemente.


Ya tu ser no condiciona
al mío ni por querella
y aunque sigues siendo bella
la juventud te abandona.
Con respecto a mi persona
deja tu aire presumido,
no digo ¡eres!, digo ¡has sido!
y mi atención ya no centras
puesto que tú te encuentras
en el reducto de olvido.


Yo te di una Trinidad
que no supiste atender
qué burra para perder
amor, pasión y amistad.
Te regalo mi verdad
pa’ que la tengas presente:
si te quise ciegamente
ya ni te recuerdo el pelo
porque el olvido es un velo
que abarca toda mi mente.

© 2007 Luis Bárcena Giménez
Share on Google Plus

0 comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por su comentario, se mostrará cuando sea aprobado.