Tu bondad todo perdona
incluso la sinrazón
y al más duro corazón
tu dulce voz emociona.
No es una cosa casual
el comportamiento tuyo
y por eso le atribuyo
carácter providencial.
Al que para hacer el mal
la vida ajena pregona
al infame que traiciona
como al que vive del cuento
por cumplir un mandamiento
tu bondad todo perdona.
Indultas a los malvados
intrigantes, mentirosos
despreciables, alevosos
corruptos y endemoniados.
Y de tantos perdonados
prosigue la procesión
perdonas la incomprensión
del que puede y no comprende
y de todo el que reprende
incluso la sinrazón.
Tú les brindas cortesía
llena de amor y con modos
porque en resumen, de todos
deseas su mejoría.
Y aunque con bellaquería
te paga mucho bribón
movida por la emoción
le muestras otro universo
al espíritu perverso
y al más duro corazón.
Para lo que diariamente
es tu sano menester
tú has tenido que nacer
buena, sencilla y valiente.
Y mientras que mucha gente
mira extraña tu persona
a Dios que no te abandona
con hechos le rindes culto
y por sobre del tumulto
tu dulce voz emociona.
© 2007 Luis Bárcena Giménez
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