en Décima Espinela

Nuestro hogar es un retablo


Nuestro hogar es un retablo
que retocamos los dos:
yo, con la mano de Dios
tú, con la pata del diablo.


Del ritmo de la ciudad
no quieres saber hoy día
y yo siento simpatía
por tu inamovilidad.
Ahora con tranquilidad
contigo una charla entablo
y como sé de lo que hablo
hoy te doy a conocer
que contemplado a placer
nuestro hogar es un retablo.


Mas por sobre su cimiento
sus planos y sus aristas
viven dos protagonistas
disputándose el momento.
Somos en el pensamiento
semidiosa y semidiós
de verla cambiada en pos
cada quien a su manera
nuestro hogar es la quimera
que retocamos los dos.


En él discusiones llueven
de buena y de mala fe
porque nuestras bocas de
muy distintas fuentes beben.
Nuestras personas se mueven
entre el ¡hola! y el ¡adiós!
la diferencia entre nos
y mira que lo acentúo
es que motivado actúo
yo, con la mano de Dios.


Pero lejos de ser dueño
con esa ayuda sagrada
yo me encuentro en la morada
bajo tu sombra ¡pequeño!
El hogar que era de ensueño
lo has convertido en establo
mandaste al tacho a San Pablo
a la Virgen y sus flores
porque hiciste las labores
tú, con la pata del diablo.

© 2007 Luis Bárcena Giménez
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