El empleado remolón
simula un dolor de muela
cuando hay que entrar en acción
cojea sin que le duela.
Es un varón especial
el que en décimas describo
pues muy lejos de él no vivo
y nuestra firma es igual.
Aunque física y mental
es buena su condición
al trabajo en dirección
del lugar de su aposento
camina con paso lento
el empleado remolón.
Se pinta de taciturno
y débil, todos los días,
así se ahorra energías
pa’l movimiento nocturno.
Al encargado de turno
invita a la francachela,
si le falla la franela
saca su otro comodín
y hablando con retintín
simula un dolor de muela.
Y este que canta “La Bamba”
y al bailar mueve la pulpa
siempre tiene una disculpa
pa’ toda ocasión ¡caramba!
Antes de empezar la chamba
se nos llama a reunión
y oída la información
al baño da media vuelta
pues la panza se le suelta
cuando hay que entrar en acción.
Se arrima al que tiene mando
y se explaya en la consulta
y en la última, resulta
que habló de su peliblando.
Él siempre para pensando
¡pero en la otra parihuela!
si la cosa es de candela
recurre a la paradoja
sin tener la pata coja
cojea sin que le duela.
© 2007 Luis Bárcena Giménez
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