Un poeta dice un verso
y otros poetas también
porque cada quien es quien
y el lirismo es muy diverso.
Tan esquiva es la oratoria
que en todos no se detiene
y afortunado el que obtiene
con este arte fama y gloria.
En su lúcida memoria
une lo que está disperso
y con el lenguaje terso
propio del que es cultivado
bien pensado y pronunciado
un poeta dice un verso.
Con las palabras él crea
sin apartarse del tema
y el admirable poema
sobre la marcha moldea.
Donde sea y cuando sea
si no existe un somatén
montado en un palafrén
rumbo a la lírica meta
puede versar un poeta
y otros poetas también.
Y cada uno con su escuela
saca la voz interior
para cantarle al amor
a través de una espinela.
Si todo poeta anhela
del público el parabién
también existe el desdén
de alguien que se sobrestima
y lo amolda en la tarima
porque cada quien es quien.
Está el vate jactancioso
que presume de sapiencia
y el vate que con paciencia
o con humor sale airoso.
Al poeta bondadoso
lo enfrenta el vate perverso,
de la medalla el reverso
llega a ser hasta el final
pues la métrica es igual
y el lirismo es muy diverso.
© 2007 Luis Bárcena Giménez
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