en Décima Espinela

Nos toca sin que se pida


La adversidad es la suerte
que toca sin que se pida
pues la muerte tiene vida
y la vida tiene muerte.


El hombre es una presencia
de Dios dizque a semejanza
que conforme el tiempo avanza
va cambiando de apariencia.
Sigue un orden su existencia
hasta que algo lo pervierte
y si el infortunio vierte
su sal sobre el elegido
de ese cariacontecido
la adversidad es la suerte.


Tiene el hombre pensamiento
y pensados da sus pasos
pero en muchísimos casos
obra sin razonamiento.
Luego que un acoplamiento
entre dos se consolida
desde el punto de partida
aún unida al ombligo
la vida es premio o castigo
que toca sin que se pida.


La vida humilde y lujosa
los buenos y malos modos
los míseros, ricos, ¡todos!
van a para a la fosa.
Y aunque de la muerte odiosa
en la postrer despedida
de manera consabida
no se ve su alegoría
está allí en la tumba fría
pues la muerte tiene vida.


De la vida que es contraria
a todo lo inanimado
no da gozo al desgraciado
quien no la ve necesaria.
Mas si la existencia diaria
es placentera y divierte
puede pensar el más fuerte
como una cuestión vital
que la vida es inmortal,
y la vida tiene muerte.

© 2009 Luis Bárcena Giménez

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