en Décima Espinela

La muerte te echó una mano



Ahora comprendo ingrata
tu proceder inhumano:
La muerte te echó una mano
¡para que estire la pata!


Perdona si te sorprendo
de la mañana a las dos
perdona si en vez de voz
me sale un sonido horrendo.
¿Sigues aún manteniendo
tu ambición de vieja data?
más que yo importó la plata
cuando estaba en esa vida
tanta actitud comedida
ahora comprendo ingrata.


Tú no te asustes de mí
que no hace nada un difunto
pues si evocas este asunto
¡por tu culpa me morí!
Y saludo desde aquí
a ti y al brujo huachano,
un estadio sobrehumano
he venido a ocupar
y es tarde para frenar
tu proceder inhumano.


En la pila de bautismo
te bautizaron Piedad
y pa’ más seguridad
te enseñaron Catecismo.
Tú inventaste el sincretismo
entre el diablo y lo cristiano,
con permiso del Cachano
monarca del maleficio
pa’ que cumplas con tu oficio
la muerte te echó una mano.


La gente que te conoce
cree que tú eres muy pía
y ni siquiera tu tía
sospecha que es pura pose.
Cada domingo a las doce
hacías tu caminata
y con cara de beata
a San Francisco ingresabas
y a los santos les rezabas
¡para que estire la pata!

© 2007 Luis Bárcena Giménez

0 comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por su comentario, se mostrará cuando sea aprobado.