El tiempo muy veloz corre
con su mágico realismo
quien a sus recuerdos borre
se está borrando a sí mismo.
Han sido muchas las veces
que dormí bajo su techo
la casa al lado derecho
tenía cuatro cipreses.
Pasaron días y meses
¡no hay nada en Juan de la Torre!
mi mente el velo descorre
¿fue realidad?, ¿fue embeleso?
con los aires del progreso
el tiempo muy veloz corre.
He soñado con el molle
el río y la torrentera
y yo no sé si es quimera
el que hoy, otro suelo holle.
No hay día que no me embrolle
ni el recuerdo sea un sismo,
y la vida sin mutismo
parece un perro sin dueño
que me despierta del sueño
con su mágico realismo.
¿Es destino o desatino
del que rehuye la senda?
¡pero que a nadie sorprenda
si también es peregrino!
Triste no andar el camino
que hacia su infancia recorre,
y si el olvido socorre
aquella mala memoria
no quiere saber su historia
quien a sus recuerdos borre.
Y si en campo del amor
nos hacen probar veneno
recordando el día bueno
mitigamos el dolor.
Puesto que le sale peor
y demuestra su cinismo
aquél que en el ostracismo
tira el recuerdo a la lona
no borra a otra persona
se está borrando a sí mismo.
© 2005 Luis Bárcena Giménez
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