en Décima Espinela

Muchos cariños acaban



El asunto es muy sencillo
o ¿qué era lo que esperaban?
muchos cariños acaban
¡cuando tocan el bolsillo!


El pedir una propina
teniendo mucha confianza
y brindando una alabanza
¿será motivo de inquina?
En Barranco y La Molina
en San Isidro y Surquillo
no es que tenga mucho brillo
y tampoco esté opacado
antes que ser complicado
el asunto es muy sencillo.


Por el dinero se alocan
los platudos conocidos
y para evitar pedidos
una barrera colocan.
¿Aquellos tiempos evocan
en que flores les tiraban?
mientras no solicitaban
dinero, estaban mejor
pidieron y huyó el amor
o ¿qué era lo que esperaban?


Hay veces que por salud
se necesita dinero
y al juerguista compañero
se acude con prontitud.
Ante tal solicitud
¡qué mirada la que clavan!
si las cosas no se agravan
en opinión de los buenos
por soles más, soles menos
muchos cariños acaban.


En las limeñas aceras
transita la realidad
porque esta es una ciudad
que no vive de quimeras.
Allí he visto dos maneras
de cuidar el costalillo:
Unos, se hacen un ovillo
¡de caminar estirados!
y otros salen disparados
¡cuando tocan el bolsillo!

© 2007 Luis Bárcena Giménez
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