en Décima Espinela

En la plaza de El Callao



Soy trabajador portuario
hombre de chamba y resaca
un trovador no me opaca
con un verso imaginario.


No soy un niño bonito
ni contador colegiado
ni médico, ni abogado
mucho menos, erudito.
No laboro sentadito
como lo hace un empresario,
mas me siento necesario
atendiendo al cabotaje
pues en complejo engranaje
soy trabajador portuario.


Cuando llegan mercancías
del o para el extranjero
es mi viejo derrotero
trabajar noches y días.
Renuevo mis energías
con choros a la chalaca
y estibo bien una paca
sudando la gota gorda
porque soy sobre la borda
hombre de chamba y resaca.


Pero como soy inquieto
me avisan los compañeros
que demostrando sus fueros
hay un bardo de respeto.
Invitado para el reto
tengo que dejar la hamaca,
y yo, que no tengo placa
ni mi oficio es la espinela
cuando me doy manivela
un trovador no me opaca.


Yo le digo que “amarrao”
en el muelle hay un vapor
y él con su musa está por
¡la playa de Cantolao!
En la plaza de El Callao
el contrapunto es binario
porque es todo lo contrario
y no tiene afinidad
un verso con realidad
con un verso imaginario.

© 2005 Luis Bárcena Giménez
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