en Décima Espinela

Una nana arrulla al nene



Una nana arrulla al nene
por su madre sostenido
cuando este queda dormido
el ángel de la guarda viene.


Al frente del crucifijo
dentro de humilde morada
hay una mujer sentada
y llena de regocijo.
La madre contempla al hijo
y en su rostro se detiene,
mientras la noche mantiene
la luz que brinda la luna
para que duerma en su cuna
una nana arrulla al nene.


Tiene una gorra el retoño
que ella tejió con palitos
y mueve los piececitos
en el regazo bisoño.
Ha terminado el otoño
y otra estación ha venido,
es el invierno temido
por su oscuridad y frío
ajeno a esto está el crío
por su madre sostenido.


Ella ve que satisfecho
de su mama se desprende
y con placer que sorprende
se queda mirando al techo.
Estrechándolo en su pecho
del nene siente el latido,
de la maldad protegido
bajo maternal sapiencia
se acrecienta la inocencia
cuando este queda dormido.


Y frente al Dios verdadero
de ángeles hay una junta
y entre ellos, uno pregunta
si sigue en el derrotero.
Dado que es su mensajero
hará lo que Dios le ordene
y puesto que bien se aviene
con su labor terrenal
de bóveda celestial
el ángel de la guarda viene.

© 2007 Luis Bárcena Giménez

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