Olvido es el vivo paso
que se dio para adelante
es luz y también ocaso
que dura solo un instante.
Más profundos que los mares
inestables, tormentosos,
insondables y escabrosos
son del hombre los pensares.
Cuando por los avatares
se tiene el cerebro laso
de un recuerdo que es retraso
y rémora en el camino
hacia un propicio destino
olvido es el vivo paso.
El cerebro abre la puerta
para expulsar al recuerdo
y el hombre la cierra cuerdo
y tras de ella queda alerta.
Y en esa mente despierta
de retentiva vacante
está el olvido boyante
pues del hombre liberado
es un paso bien pensado
que se dio para adelante.
Pensamiento y sentimiento
se baten en la penumbra
pero el olvido se encumbra
sin ningún remordimiento.
Y el olvido al pensamiento
le pasa caso por caso:
el éxito y el fracaso,
lo odiado y lo querido,
en resumen que el olvido
es luz y también ocaso.
En esa mente cual mar
con sus continuos vaivenes
siempre se enfrentan los genes
del odio y amor sin par.
Para poder olvidar
hay que recordar bastante
y puesto que del actuante
no es eterna la existencia
olvido es una experiencia
que dura solo un instante.
© 2009 Luis Bárcena Giménez
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