en Décima Espinela

En lugar de maldecirte



Tu mal pago a mí me mata
en lugar de maldecirte
sin rencor vengo a decirte
¡qué linda que estás ingrata!


Es mi suerte tan esquiva
como tu amor tan voluble
y esta mezcla indisoluble
a mi tormento lo aviva.
Aun con esto doy un ¡viva!
y te llevo serenata,
si la fatalidad me ata
y me mantiene cautivo
cada día que yo vivo
tu mal pago a mí me mata.


Ver tu imagen me da miedo
¡más que el mismísimo diablo!
yo con el corazón te hablo
¡quisiera odiarte y no puedo!
Con un consuelo me quedo
y no vas a arrepentirte
tú no podrás evadirte
y al lecho de tus placeres
iré a soñar que me quieres
en lugar de maldecirte.


Si crónico es este mal
y mi mal es tu querencia
no le niegues tu presencia
a este enfermo terminal.
Puedes continuar normal
el afán de divertirte
no tengo más que aplaudirte
si amores tú tienes cien
que todo te vaya bien
sin rencor vengo a decirte.


No necesitas torearme
y eso que soy buen astado
enfrente de ti parado
siento que quieres puyarme.
Si la estocada has de darme
antes oye mi cantata:
es una sorpresa grata
encontrarte por mi casa
el tiempo por ti no pasa
¡qué linda que estás ingrata!

© 2004 Luis Bárcena Giménez

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