Mala suerte tengo yo
puesto que tengo un homónimo
que en mi vida se metió
por un romance sinónimo.
Yo vi una linda pollera
que con solo su mirada
me dio la anhelada entrada
y despertó mi quimera.
Mentiría si dijera
que mi rutina cambió,
si la vida repartió
la suerte en noche de luna
desde la costa a la puna
mala suerte tengo yo.
Me imaginé un porvenir
a su lado y con caché
¡craso error! porque yo obvié
que tengo que competir.
Tal vez empiece a vivir
al amparo de un seudónimo,
ya no me gusta Jerónimo
nombre para mí escogido
ni tampoco mi apellido
puesto que tengo un homónimo.
Él un día hizo su gracia
y mi novia estuvo atenta
y muy tarde me di cuenta
que fue parte de su audacia.
Volando la suspicacia
en mi mente se instaló,
la calma que Dios me dio
ha llegado a su final
porque existe este mortal
que en mi vida se metió.
Sabiendo que un reciclaje
por ingenuo necesito
el “otro yo” tranquilito
me demuestra su bagaje.
Como todo un personaje
ha salido de lo anónimo
y aunque el marchante es antónimo
a gran parte de mis gustos
vive pegándome sustos
por un romance sinónimo.
© 2007 Luis Bárcena Giménez
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