Tu boca de caramelo
con su exquisita textura
me brinda un trozo de cielo
en su beso que es dulzura.
En convivencia, mujer,
afrontas mi confusión
que atenta a mi condición
sabes cómo proceder.
Te aproximas para ver
si en mis ojos hay un velo
y viendo que sin consuelo
de mis penas estoy preso
tiernamente me da un beso
tu boca de caramelo.
De tu espíritu te vales
y también de tu querencia
y mis horas, con paciencia
tratas que sean iguales.
Hay días que son normales
y conozco la ventura
y más cuando la amargura
no quiere que el día goce
de tu boca siento el roce
con su exquisita textura.
Ya se ha vuelto una constante
el que no caiga en picada
pues con solo una mirada
interpretas mi semblante.
Te aproximas y al instante
tengo en mis manos tu pelo
y tu beso que es mi anhelo
mi cura y felicidad
cómplice en la intimidad
me brinda un trozo de cielo.
Igual a la vez primera
son el beso y la ansiedad
de amar, porque en realidad
sigue viva la quimera.
Como si de esto supiera
el tiempo no se apresura
y tu boca con ternura
a la mía con temblor
le entrega todo el amor
en su beso que es dulzura.
© 2007 Luis Bárcena Giménez
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