Mi novia me dijo así:
- ¡sí me gusta la cocina!
y yo también le mentí
¡no me gusta la cantina!
Junto con la novia mía
pasaba por el mercado
de pronto me vi impulsado
a inquirir lo que debía.
Le pregunté si sabía
hacer “de gallina ají”
vestida cual maniquí
es decir bien periquita
con su sabrosa boquita
mi novia me dijo así:
- Aunque es muy rico este plato
tu dieta debes variar
y te aconsejo mirar
a quien come por contrato.
¡El chancho que pague el pato
y no la pobre gallina!
y en la tarde mortecina
enfrente del verdulero
remató con gran salero:
- ¡sí me gusta la cocina!
Cuando no aceptó el tamal
que compré a la negra Amalia
la palabra “represalia”
tomó forma colosal.
Para bien o para mal
he nacido zahorí
ahora me toca a mí
pensé al verla cejijunta
ella me hizo una pregunta
y yo también le mentí.
Y fue acerca del licor
que hizo la interrogante
ahí le cambió el semblante
y sintió mucho mejor.
Y yo que soy tomador
de ron, cerveza y cachina
la conduje hasta la esquina
y señalándole el bar
le dije sin pestañear
¡no me gusta la cantina!
© 2007 Luis Bárcena Giménez
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