en Décima Espinela

En mar de errores navego



En mar de errores navego
con la lluvia de pesares
son tus encantos palmares
y en busca de sombra llego.


Tu recuerdo me entristece
en la noche solitaria
por bonita y por falsaria
olvidarte me estremece.
Tu amor no me pertenece
ni a ti el amor que te entrego,
un beso tuyo es el fuego
al que aviva mi imprudencia
sin entender tu existencia
en mar de errores navego.


Nuestra unión es tempestad
que nos empuja a la cama
pero luego alguien nos llama
¿sabes quién? ¡la soledad!
Tenemos en potestad
tormentosos avatares,
a los benditos altares
hace tiempo renunciamos
y así los dos nos mojamos
con la lluvia de pesares.


Tú no me hiciste fallar
de mí dirás tú lo mismo
teníamos un guarismo
en la rada del pecar.
Hoy nos consuela mirar
que existe lujuria a mares,
nuestras vidas insulares
se han tomado la medida
y en la orilla prohibida
son tus encantos palmares.


Estando bajo del manto
que a los dos nos da cobijo
mando al diablo el crucifijo
y en tu carne me agiganto.
Has de saber que a mi santo
¡ni le rezo, ni le ruego!
me condeno, no lo niego
mas no me creas tan duro
estás en el lado oscuro
y en busca de sombra llego.

© 2004 Luis Bárcena Giménez

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