en Décima Espinela

Para olvidarla bebí



Para olvidarla bebí
hasta vaciar la botella
en el fondo yo advertí
flotaba la imagen de ella.


Al saber que era una zorra
la novia que yo tenía
le fui para encima un día
y en la calle hice camorra.
Mandando todo a la porra
la dejé plantada allí,
mis pasos los dirigí
hacia un bar de La Victoria
sin sentir pena ni gloria
para olvidarla bebí.


Hoy recuerdo puntualmente
que era mi afán embriagarme
y al que osara desafiarme
lo mataba impunemente.
Quería con aguardiente
borrar su nefasta huella,
el primer trago hizo mella
al segundo me embalé
¡por mi madre! no paré
hasta vaciar la botella.


Primera vez que bebía
para apagar una bronca
mi voz poco a poco ronca
con el trago se batía.
Borrachera o fantasía
no sé lo que conseguí,
ni con el ron Bacardí
me había pasado igual
algo no muy habitual
en el fondo yo advertí.


Todo me salió al revés
al final, mi soliloquio
se convirtió en un coloquio
de la botella a través.
El licor era mi arnés
para seguir la querella,
de repente una centella
vi con la vista nublada
en burbuja rezagada
flotaba la imagen de ella.

© 2004 Luis Bárcena Giménez

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