en Décima Espinela

¡Qué alegría de encontrarte!



¡Qué alegría de encontrarte!
(si supieras la verdad
yo ruego a la Trinidad
pa’ nunca más tropezarte)


De mucho tiempo nos vemos
y ¡vaya que tiene gracia!
que luzcas tu aristocracia
igual que el Conde de Lemos.
Ya que afinidad tenemos
puedes conmigo explayarte,
es un placer saludarte
y poder darte la mano
óyeme querido hermano
¡qué alegría de encontrarte!


Esta ocasión amerita
el ir al lugar mejor
porque soy conocedor
de tu gusto sibarita.
Deja a un lado cualquier cita
que esto es cosa de hermandad,
por nuestra vieja amistad
que es de una gran magnitud
hay que brindar un ¡salud!
(si supieras la verdad).


Y aunque allí, cuenta corriente
pidan por adelantado
¡qué mejor que acompañado
de una persona decente!
En todo lugar de ambiente
¡eres ya celebridad!
(conozco tu falsedad
y pícara conveniencia
pero que me dé paciencia
yo ruego a la Trinidad).


Esto que quede entre nos
tengo particular lidia
pues me da un poco de envidia
¡cuando te pasan la voz!
Mujeres de dos en dos
siempre vienen a abrazarte,
(como tú vas a mofarte
cuando siga mi camino
quisiera ser adivino
pa’ nunca más tropezarte).


© 2005 Luis Bárcena Giménez

0 comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por su comentario, se mostrará cuando sea aprobado.